Llega el momento muy esperado de abrir vacantes y buscar candidatos para formar parte de la empresa. Por lo general, el reclutador se encuentra con una variedad de perfiles que, a simple vista, parecen cumplir con los requisitos del puesto. Sin embargo, en muchos casos, algunos candidatos carecen de experiencia o no son completamente honestos acerca de sus habilidades. La pregunta que surge es: ¿cómo identificar a los candidatos verdaderamente calificados? Anticípate y conoce el comportamiento a futuro de tu empresa mediante el uso de las ampliamente reconocidas pruebas de integridad. 

¿Qué son las pruebas de integridad?

Estas pruebas desempeñan un papel crucial al evaluar las habilidades y la ética laboral de un individuo. Se han diseñado específicamente para pronosticar posibles riesgos en el entorno de trabajo y determinar si un candidato encaja con lo que la organización necesita. Es importante recordar que no todas las empresas tienen el mismo nivel de exigencia. Algunos candidatos pueden estar acostumbrados a un entorno menos riguroso y, al enfrentar una mayor exigencia, podrían sentirse abrumados y reaccionar negativamente. Las pruebas de integridad están destinadas a evaluar hasta qué punto un individuo puede rendir y si es capaz de dar más cuando se le exige.

Beneficios de su realización a nivel organizacional

Las pruebas presentan situaciones y problemas hipotéticos que permiten evaluar los valores y la forma de actuar de los empleados. Por lo general, los resultados se califican en una escala que refleja la capacidad de una persona para cumplir con normas, su tolerancia, honestidad y otras cualidades importantes para el puesto.

La realización de estas pruebas ofrece varios beneficios a nivel organizacional. Ayuda a identificar a los empleados confiables y comprometidos con su trabajo, destacando a aquellos con un desempeño laboral sobresaliente. Estas pruebas son imparciales y se centran únicamente en el desempeño laboral, sin importar la condición social o el estatus económico de los candidatos. Ayudan a las empresas a tomar decisiones más informadas al evaluar si un candidato se adaptará a la cultura de la empresa y cumplirá con los requisitos del puesto.

Además, permiten identificar las fortalezas y debilidades de un candidato antes de la contratación, evitando situaciones incómodas. También ofrecen información sobre cómo una persona aborda los conflictos, lo que es fundamental para evaluar su capacidad de liderazgo y la idoneidad para un cargo.

Un aspecto destacado es que los resultados de estas pruebas están disponibles de inmediato. Si se evalúa a varios candidatos, los resultados se presentan en orden de eficacia y contribución potencial. También es posible analizar las respuestas de cada candidato de manera individual para una evaluación más detallada.

En resumen, la implementación de pruebas de integridad es fundamental para evaluar la confiabilidad y ética de los candidatos. Estas pruebas desempeñan un papel esencial en los procesos de selección y la colocación de candidatos en la empresa. Además, reducen significativamente los costos de inversión y permiten contratar a personas de confianza que realmente aporten al éxito de la organización.